Con respecto a la duda y a la fe

La duda… ¡qué interesante tema!

No dudo de lo que Dios hizo en mi vida, ni de todo lo que está escrito en Su palabra. Pero lo que sí pongo en duda es cierto espíritu de pseudo-oveja al cual se nos ha acostumbrado desde los púlpitos, en donde la palabra enseñada debe ser “acatada” más bien que correctamente aprendida.

“Esto es así porque lo dijo el teólogo fulano de tal…”, se suele escuchar. Y yo pienso (si me es lícito hacerlo) ¿existirá alguna posibilidad de que el tal teólogo haya equivocado alguna jota o tilde en su propia locura por alcanzar la verdad bíblica?

Creo que los teólogos pueden llegar a grandes y profundas conclusiones, pero continúan siendo humanos tanto como el gasista o el plomero.

Por lo tanto no están exentos de equivocar sus interpretaciones con respecto a la palabra de Dios (aún cuando basen sus estudios en los más rígidos exámenes de su especialidad), tanto como un gasista puede hacer un buen trabajo que dure 50 años o volar una manzana por su imprudencia.

Qué linda amgbigüedad en la que nos ha puesto el Señor… Tenemos ese orgullo que pretende alcanzar la perfección, pero constantemente algo se clava en nuestro pie que nos vuelve a la realidad de nuestro diario andar por este suelo.

El tema que quería proponer sobre la duda es… ¿por qué está mal visto el dudar?

Han sido siglos de textos y traducciones bíblicas de un idioma a otro. Algunas formas literarias de los lenguajes originales se han perdido para siempre (o al menos hasta aquel día en que todo lo sabremos).

¿Querrá Dios que me apegue con los ojos cerrados a creer algo que quizá Él enseñó de un modo distinto y años de rapiña religiosa se han dignado en borronear?

Creo en la Iglesia de Cristo, Su esposa, que será reunida desde distintos puntos del planeta. Pero aquí en la tierra, no veo nada que se parezca en lo más mínimo al verdadero cuerpo glorioso del que estará formada.

El hermano Martín Lutero, con todos sus aciertos y errores, veía al Papa como una autoridad en primer lugar, a la cual no le llegaban realmente claros los motivos de su queja, y por lo tanto quiso ir hacia él para hacerle entender lo que ocurría con la venta de indulgencias.

Según creía, el Papa se horrorizaría y haría castigar a los herejes. Pero la historia se le dio vuelta…

El hereje fue él.

¿Porque lo era? Nooo! Porque tuvo (Lutero) una visión errada de las motivaciones de quien consideraba su autoridad espiritual (el Papa).

Luego de ese viaje a Roma, regresó confundido, pero con una claridad mayor sobre cuál era realmente la dimensión de la corrupción religiosa de Roma.

A partir de allí se manifestó la “Reforma”, que por muchos años se venía gestando, por vías como Juan Huss, y otros muchos en varias naciones.

Las dudas aparecen, pero lo mejor es saber hacerles frente con la verdad; y la verdad, (la mayoría de las veces) no coincide con el libreto que solemos traer bajo el brazo como herencia de años de tradición.

La verdad es Jesús. Ante esta Roca, muchos tropiezan.

Creo que me he roto varios huesos con ella, pero ha sido para bien. Siempre todo lo que viene del Señor es para mi bien.

De no haber sido por la duda, no estaría experimentando esta libertad que tengo en Jesús luego de haber roto las cadenas que me ataban a mi “religiosidad de oveja boba” mediante la cual decía a todo “sí y amén” sin detenerme a escudriñar qué era lo que Dios intentaba decirme a través de Su palabra.

Gracias a Dios, que sembró mi “fe de feria” con dudas e interrogantes, escapé a tiempo de la Babilonia actual.

Pero también estoy aprendiendo algunas cosas. Cito (entre otras) las siguientes:

1) No soy perfecto.
2) Aún tengo mucho por aprender.
3) Cada ser humano tiene una velocidad diferente para aprender y digerir la verdad.

La duda sobre una “afirmación terminante”, sobre un “Dios me habló”, sobre un “Dios dice esto o aquello”, es lo que produce un mayor anhelo por conocer a Dios, y entender si realmente ha dicho Él lo que otros dicen que Él ha dicho.

Que el Señor les bendiga y puedan aprender del beneficio que ofrece la duda.

Raimundo

Comentarios

Entradas populares de este blog

Es tiempo de volver. Pastor Samuel Mariano

Proverbios 1:4

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspián