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Mostrando entradas de agosto 9, 2008

A mi hermano Leovanis Farías

Debo hacer público el agradecimiento a este hermano en Cristo que me invita a conocer a las tribus en donde predicó el hermano Bruce Olson, algunas de ellas Motilonas y otras cercanas que también visitó. No dudo que no faltará oportunidad para pegarme una vuelta por la selva de Venezuela y conocer a esos hermanos en el Señor. Mi respeto por el hermano Bruce Olson, nació con la lectura de su libro “Por esta cruz te mataré” publicado por Editorial Vida hace muuuuuuuchos años. Posteriormente (y actualmente) sé que el hermano Bruce sigue trabajando, no quizá en forma presencial ya, (por inconvenientes que debió soportar con la guerrilla colombiana) sino desde fuera, pero proveyendo un respaldo para los hermanos que desean aprender, seguir estudios y capacitarse para evitar que los engañadores no se apoderen de sus tierras. La historia es bastante larga (ya la he comentado en varios posts de este mismo sitio) por lo que les invito a leerla. Sólo quería agradecer esta invitación que me

Sobre el dar...

Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra. Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo suficiente, abundéis para toda buena obra; como está escrito: Repartió, dio a los pobres; Su justicia permanece para siempre. Y el que da semilla al que siembra, y pan al que come, proveerá y multiplicará vuestra sementera, y aumentará los frutos de vuestra justicia, para que estéis enriquecidos en todo para toda liberalidad , la cual produce por medio de nosotros acción de gracias a Dios. Porque la ministración

Vida después de la muerte

Hace mucho tiempo, mi esposa me relató con un lujo de detalles más que impactante, un suceso que experimentó, el cual podría introducirse en cualquiera de los relatos referidos a “Vida después de la Vida” o más bien… “Vida después de la muerte”. Lo cierto es que creo en aquellas cosas que me relató, por tratarse de cuestiones que también han estado escritas en la biblia, en donde Jesús comenta la historia del hombre rico y de Lázaro (ya no como una parábola, sino como un hecho) de un hombre que desde su lugar de tormento, deseaba que Abraham le avisara a su familia para que no les tocara la misma suerte. El último trayecto de la historia refiere lo siguiente: “ Entonces le dijo: Te ruego, pues, padre, que le envíes a la casa de mi padre, porque tengo cinco hermanos, para que les testifique, a fin de que no vengan ellos también a este lugar de tormento. Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos. El entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere

Poniendo a prueba el cristianismo

Muchas veces nos toca enfrentar situaciones que ponen a prueba nuestra fe. Una de ellas la estoy viviendo actualmente. He perdido mi trabajo ! Un trabajo que me mantuvo por un tiempo bastante “cómodo” y sin sobresaltos. Debí renunciar por cuestiones familiares y personales. No se trataba ya de acomodarse y buscar soluciones inexistentes con vistas a mantener un ingreso interesante, sino de cuestiones más profundas que tienen relación con la vida, con la dignidad y con la fe. En esta etapa, mi fe juega un rol de altísima importancia. ¿Hasta dónde te va a sostener Dios? Es la pregunta que le podría arrojar a las espaldas de mi enemigo espiritual, como tantas veces se suele recomendar. Pero… ¿Qué diferencia existe entre mi vida y la de un niño (o miles de ellos) que perece(n) por el hambre en el África o en la India? Ante el Señor, ninguna. Soy tan humano como cualquiera de ellos. O mejor dicho… Ellos son tan humanos como cualquiera de nosotros, que por tener un acceso a tecnología

¿Cómo andás? - Una mirada a la hipocresía

La hipocresía ha llegado a límites insospechados. Y esto gracias a la careta que divide a la realidad cierta de la ficción que se desea mostrar. La hipocresía se potencia a sí misma. Recuerdo que muchas veces se me preguntaba al pasar: “¿Cómo andás?” y la respuesta era siempre: “Bien”. “Bien”, es la primera palabra que sale de la boca de quien responde a la pregunta: “¿Cómo andás?” en Argentina. Le siguen al “bien” una serie de “reglas cumplidas” que pretenden justificar el porqué estamos “bien”. “Estoy yendo al grupo o célula”, “estoy trabajando en tal o cual área o ministerio”, “me congrego tres veces a la semana”. Pero el “¿cómo andás?” sigue sin ser respondido. ¿Eres feliz de hacer lo que haces? ¿Disfrutas de tu relación con Dios y le amas? ¿O te dedicas a “mostrar” que eres una persona cumplidora y obediente mientras tu corazón sigue enfermo? ¿Estás rodeado de legalismo e hipocresía? Como cristianos solemos rodearnos de una serie extensa de imposiciones, abstenerse de beber

¿A qué llamamos "fruto"?

Es interesante lo bien que los hombres logramos cambiar el significado de las palabras de Jesús. Una de las definiciones de “fruto” es: Producto de las plantas, que, aparte de la utilidad que puede tener, sirve para desarrollar y proteger la semilla. Como cristianos, si permanecemos en Él, damos fruto. Es una consecuencia lógica. No se trata de ser el que más recauda, o el que más convence, o el que llena estadios, ni se trata de que todos sepan quienes somos y qué hacemos para Dios. Jesús enseñó todo lo contrario. “No sepa tu mano lo que hace la otra”, “tu padre que ve en lo secreto te recompensará en público”. Somos orgullosos por naturaleza. Deseamos ser vistos. Nos encanta que otros mencionen las “grandes cosas” que hemos hecho en el nombre del Señor. ¿Acaso no será esa la recompensa? ¿Quedará en la eternidad alguna otra recompensa para quien se “cobra” reconocimientos en la tierra? Sólo me lo pregunto. Pues tal pareciera que existe una necesidad de mostrarse que ya no tiene

¿Es la "voluntad de Dios"?

Muchas veces nos preguntamos si algo es o no la voluntad de Dios. Con frecuencia los cristianos hemos sido enseñados a preguntarnos ante cualquier decisión si es la voluntad de Dios alguna de las opciones que se nos presentan. Muchas veces juzgamos un hecho histórico como diabólico o, al menos, ajeno a los planes de Dios. Tal es el caso de la persecución que sobrevino a los creyentes de Cristo que estaban en Jerusalén. La explicación a tal suceso (vista con la óptica de nuestra realidad y posición histórica actuales) es que Dios quería que los creyentes se extendieran y que mediante su predicación el evangelio alcanzara también a los “gentiles” (o sea, al pueblo no judío). Ciertamente Dios no desea el mal de los hombres, pero tampoco cuenta con herramientas más persuasivas que el conflicto para llevar a Su iglesia hacia donde desea que se mueva. En aquella oportunidad, los cristianos estaban cómodos en Jerusalén y sus alrededores. ¿Por qué arriesgar dicha comodidad para ir a bus

Proverbios 1:7

El principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría y la enseñanza. Existe una sabiduría que es según el corazón de Dios. A la vez, vivimos en este mundo rodeados de su mundana sabiduría, que nos pretende llevar por caminos de apariencia recta, pero que nos harán caer vez tras vez en errores más profundos. Alcanzar la sabiduría del Señor es un manantial que no se agota. Es una propuesta divina a la que sólo se puede acceder por Su Gracia. En este mundo tendremos aflicción. La sabiduría de este siglo intentará opacar en repetidas oportunidades el consejo de Dios. Los “insensatos” son aquellos que siguen el consejo de este mundo, en lugar de moverse por los designios de Dios para nuestra vida. El perdón es el arma más liberadora que existe para ser genuinamente libres. El saber perdonar es de sabios. El perdonar es reconocer que aquel a quien vamos a perdonar no se lo merece, tal como no nos merecíamos el perdón de Dios en el sacrificio de Cr

¿Cómo das?

Con el título “Educación de la Crisis” se publicó en el blog de la Monjaguerrillera el siguiente texto que quiero reproducir “literalmente”, “totalmente” y espero que del mismo modo llegue a tu PC, para que tus ojos puedan leerlo, o bien, impreso logres tomarlo en tus manos y puedas finalizar su lectura sin caer desmayado por el golpe de su contenido. Lo recomiendo puntualmente, como así también recomiendo todo el blog, ya que no abundan los textos profundos y que nos hagan reflexionar, salvo pocas excepciones que podrán ver en el listado de links de este humilde espacio. Lo que sí suele abundar es el engendro espiritualoide de este tiempo corrompido que nada tiene que ver con el sencillo mensaje del evangelio, (por más que quienes lo predican se esfuercen por torcer las letras de Dios a su antojo para empujar el significado a su favor). Un sencillo texto de la Monjaguerrillera entre tantos otros que algunos podrán buscar, leer, disfrutar en su blog mientras otros querrán criticar,

Proverbios 1:6

Para entender proverbio y declaración, Palabras de sabios y sus dichos profundos. Hasta este punto, Salomón destaca la utilidad que tendrán todos los textos que preceden a ésta introducción: Que quien se convierta en lector de los mismos alcance el grado de sabiduría necesario para apartarse de la sencillez y aprenda a aplicar todo su ser al conocimiento de las palabras de los sabios y de los dichos profundos. Claramente, el deseo de Salomón es invitarnos a ingresar a un escalón un poco más alto en cuanto al entendimiento. Ahora bien… Este “escalón más alto” no es útil para sentirse más poderoso que el resto, sino que nos llena de responsabilidad con la que será nuestro deber aprovechar esa estatura para comunicar mejor aquellas cosas que antes nosotros mismos no comprendíamos. Tal es el grado de sabiduría que debemos alcanzar. El de la sabiduría que nos permita desear que todos lleguen a alcanzarnos, para lo cual debemos doblar nuestros esfuerzos. Si realmente somos sabios, lo log

Proverbios 1:5

Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá consejo El que oye la palabra es sabio y aumentará su saber y su conocimiento. Y de entre los sabios, el entendido aprovechará dicha sabiduría para bendecir a otros que necesiten ser guiados. Quizá podrá guiar a aquellos que están sedientos de salir de la ignorancia en que se saben presos, pero no comprenden de qué modo romper con las cadenas de la mentira con que se han envuelto durante años, como tampoco entienden de qué modo éstas los han enredado. Hay gozo, hay paz, hay esperanza y vida en la genuina libertad que Jesús nos ofrece. No nos esclavicemos a los viejos preceptos de la tradición y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante. Puestos los ojos en Aquel que nos amó cuando le éramos extraños. Que Dios te bendiga !!!