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Mostrando entradas de septiembre 21, 2007

Nuestro lugar espiritual

El Señor nos dice en Efesios: Efesios 1:16-23 "no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones, para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado,y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos,según la operación del poder de su fuerza,la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,sobre todo principado y autoridad y poder y señorío,y sobre todo nombre que se nombra,no sólo en este siglo,sino también en el venidero;y sometió todas las cosas bajo sus pies,y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,la cual es su cuerpo,la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo." Hasta aquí la posición qu

¿Cómo es tu oración?

Al comienzo de mi vida cristiana, mis oraciones eran balbuceos que alcanzaban a tocar el corazón de Dios de un modo especial, y Él me hacía sentir esa alegría de estar comunicado conmigo, debido a que anhelaba tenerme a Su lado luego de tantos años lejos de Él. Tal como cuando un padre recibe a un hijo que consideraba perdido y se emociona al reencontrarse. Los “balbuceos” de bebé, en que consistían mis primeras oraciones (sin tener experiencia en el tema del orar) eran considerados por Dios como una gran elocuencia. Con el tiempo, y a medida que Dios me dio crecimiento, mis oraciones se volvieron más elaboradas y mi modo de comunicarme con Él es muy personal. Muchas veces, olvidamos que Dios desea nuestro corazón puesto en el diálogo que mantenemos con Él. En esos tristes momentos, Dios nos observa mover los labios, repitiendo (muchas veces) cosas que escuchamos decir a otros como: “Amen, Gloria, Aleluya, Hosana” y frases hechas como “perdona mis pecados”, “ven a mi vida”, “te adoro”,

La conducta decente...

Pensemos en un país donde la gente admirara a quienes desertaran del campo de batalla, o donde un hombre se sintiera orgulloso de engañar a todos los que hubieran procedido bien con él. Es como tratar de imaginarse un país en donde dos y dos fueran cinco. El egoísmo por ejemplo nunca ha sido admirado. Lo más notable de todo esto es que cuando uno se cruza con alguien que dice que no cree que exista lo correcto y lo incorrecto, utilizará este principio tarde o temprano. Puede que no cumpla la promesa que hizo; pero si se trata de no cumplirle a él con lo que le prometieron, se quejará de que no es justo a mayor velocidad que la que logra el colibrí cuando agita sus alas. Puede darse el caso de que una nación diga que los tratados no importan; pero casi en el mismo momento se contradice al decir que quiere romper un tratado particular por considerarlo injusto. Si los tratados no importan, y si nada es correcto ni incorrecto (llamémosle a esto “ley de la naturaleza” por ponerle un nombre

¿Estás consagrado a Dios? ¿Podremos perdonar?

Hasta qué punto estamos dispuestos a perdonar… Pensemos seriamente. ¿Si viéramos frente a nosotros a alguien ejerciendo violencia sobre nuestra familia, (hijos, cónyuge, etc.) ¿estaríamos dispuestos a renunciar a cualquier tipo de venganza por pequeña que parezca? Aún más !!! ¿Qué tanto amor podríamos ofrecer a nuestro enemigo? Recordemos que el Señor nos enseñó que debemos amar a nuestros enemigos y rogar en oración la salvación de sus almas. ¿Qué tan listos estamos a renunciar absolutamente a todo lo que nos sostiene con un pie en este mundo por amor a nuestro Señor? Todas estas preguntas pueden responderlas por este medio. El Señor nos dejó ejemplo de entrega y sacrificio por amor y dijo que haríamos obras mayores que las que Él hubo hecho. ¿Dónde conseguir esa capacidad incondicional de amor que nos permita rendir nuestras emociones a los pies del Señor ante cualquier tipo de injusticia que se lleve a cabo sobre nuestras vidas? Es una pregunta retórica. Imagino que ya sabes la resp