¿Estás consagrado a Dios? ¿Podremos perdonar?

Hasta qué punto estamos dispuestos a perdonar…

Pensemos seriamente.

¿Si viéramos frente a nosotros a alguien ejerciendo violencia sobre nuestra familia, (hijos, cónyuge, etc.) ¿estaríamos dispuestos a renunciar a cualquier tipo de venganza por pequeña que parezca?

Aún más !!! ¿Qué tanto amor podríamos ofrecer a nuestro enemigo? Recordemos que el Señor nos enseñó que debemos amar a nuestros enemigos y rogar en oración la salvación de sus almas.

¿Qué tan listos estamos a renunciar absolutamente a todo lo que nos sostiene con un pie en este mundo por amor a nuestro Señor?

Todas estas preguntas pueden responderlas por este medio.

El Señor nos dejó ejemplo de entrega y sacrificio por amor y dijo que haríamos obras mayores que las que Él hubo hecho.

¿Dónde conseguir esa capacidad incondicional de amor que nos permita rendir nuestras emociones a los pies del Señor ante cualquier tipo de injusticia que se lleve a cabo sobre nuestras vidas?

Es una pregunta retórica. Imagino que ya sabes la respuesta... Pero vale la pena meditar en esto. No siempre estamos 100% dispuestos a dejarlo todo.

¿Hasta dónde llega nuestra consagración a Dios?

Siendo sinceros, creo que siempre nos falta (y nos seguirá faltando mientras andemos en este mundo) para agradar a Dios mediante la rendición total de nuestras vidas.

Es extraño, pero siempre pretendemos guardarnos una reserva de esa consagración, no sea cosa que algo salga mal y no nos quede nada de nosotros mismos a lo cual recurrir en caso de crisis…

Pongámosle nombre a esta actitud equivocada y llamémosla “egoísmo”.

¿Qué opinas de tu relación con Dios luego de leer estas líneas?

¡Gracias Señor que nos llevas por verdes pastos y nos llenas de Tu presencia cubriendo nuestras faltas con aquel sublime sacrificio en medio de tu perfecta inocencia para venir a rescatar nuestras vidas que se hallaban hundidas en la rebeldía y, aún hoy, muchos de nosotros seguimos poniendo en duda Tu amor, buscando retener parte de nuestras vidas, las cuales fueron compradas con la tuya y por lo cual ya no nos pertenece.

Raimundo Baravaglio
http://www.mensajedefuego.com.ar

Comentarios

Entradas populares de este blog

Es tiempo de volver. Pastor Samuel Mariano

Proverbios 1:4

Las Crónicas de Narnia: El Príncipe Caspián