Diezmos, diezmos, diezmos…
He recibido un mensaje, el cual transcribo y luego respondo.
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MENSAJE:
hola, puntos y bases biblicas.Dt14:22 -Gn!2:20-Lv27:30-am.4:4-mal.3:8-Lc18:12-He7:2-5-9
1-La biblia es la palabra de Dios. * no de hombre.
2-es un mandato de Dios. *no de el predicador.
3-hay maldicion para quien no lo da. *no para el incredulo.
esto es para el que cree a Dios.
4-Dios no cambia. *el hombre si .
Robara el hombre a Dios? pues vosotros me aveis rovado. y dijisteis:en que te emos robado ?en vuestros diezmoz y ofrendas.Malditos sois con maldicion por que vosotros la nacion toda me aveis robado. traed todos los Diesmoz al alfoli y haya alimento en mi casa;y Provadme ahora en esto, dice Jehova de los ejercitos,si no derramare vendicion sobre vosotros hasta que sobre abunde.
esto si usted o quien sea no lo creemos que mal de nuestra parte ya que todo le pertenece a Dios y el solo quiere vendesirnos nada nos pertenece solo somos mayordomos de Dios sobre la tierra el es Dueño de todo y de lo recivido se su mano es que le damos.
Dios nos da muchas promesas en su palaba, Dios es rico ,solo quiere que le amemos .lo de mas es por añadidura.:) y un consejo de ,mas vienvaenturado es dar que recivir de,de y vera como Dios lo vendice no haga caso al diablo.de verdad que Dios lo bendiga.
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RESPUESTA:
Hola hermana María.
Gracias por contestar.
Usted cita: Dt.14:22 que dice: “Indefectiblemente diezmarás todo el producto del grano que rindiere tu campo cada año.”
A primera vista, podemos ver que el Señor no menciona el dinero sino el producto del grano y que no consiste se trata de un aporte mensual sino anual.
Pero además (como Ud. sabrá) la biblia debe ser leída en su contexto. Descubriendo el verdadero espíritu del mensaje, que pueda contener un versículo determinado, en el entorno de cada pasaje y, aún, de cada capítulo, de cada libro, y del conjunto de libros que integran la palabra del Señor (la Biblia) tal como ha llegado a nuestras manos en nuestros días.
Basta leer el versículo que sigue al que usted plantea para descubrir algo maravilloso:
Dt.14:23 dice: “Y comerás delante de Jehová tu Dios en el lugar que él escogiere para poner allí su nombre, el diezmo de tu grano, de tu vino y de tu aceite, y las primicias de tus manadas y de tus ganados, para que aprendas a temer a Jehová tu Dios todos los días.
“.
No sólo no menciona en lo absoluto el dinero, sino que (el que lea entienda) le ordena el Señor que él mismo coma dicho diezmo.
El diezmo que en la actualidad se insta a los cristianos a dar y que tantas veces se menciona (desde cualquier púlpito) que es destinado “para la obra de Dios”… ¿lo es en verdad? ¿O termina siendo dilapidado en viajes, efectos de humo y luces, eventos multitudinarios de escaso fruto, y otro tipo de vanidades para engrandecer el nombre de un supuesto “reconocido ministerio”?
No estoy en contra de quienes predican de corazón el evangelio, pero dudo que éste (el evangelio) requiera de adornos o énfasis accesorios. El evangelio es poder en sí mismo !!! Pero eso es entrar en otro tema…
El argumento bíblico para sostener el diezmo que usted menciona (en Dt. 14:22) sólo tiene alcance hasta el versículo que le sigue… Allí muere.
Continúo.
Gn.2:20 dice “Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.” No tiene nada que ver con el diezmo.
Por las dudas leí Gn 12:20 por si fue un error de tipeo (ya que ha escrito “!2″), dice: “Entonces Faraón dio orden a su gente acerca de Abram; y le acompañaron, y a su mujer, con todo lo que tenía.” Tampoco tiene nada que ver con el diezmo.
Sigo…
Lv. 27:30 dice: ” Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová.”
Pero en el contexto encontramos: Lv 27:34 “Estos son los mandamientos que ordenó Jehová a Moisés para los hijos de Israel, en el monte de Sinaí.”
Es necesario comprender que estamos en la etapa de un mejor pacto. Esa ley fue dada a los hijos de Israel. El diezmo ni siquiera figura en el decálogo. Por lo que si debemos guardar cada punto de la ley levítica, no estaríamos andando en la gracia de Cristo. Sólo detente a leer otros preceptos del libro de Levítico, y verás que no cumplimos ni la décima parte de todos los ritos que se plantean allí… ¿por qué? Porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia.
Muchos “grandes hombres de Dios” (les encanta ser llamados así) poseen la mala costumbre de apropiarse de legalismos obsoletos como el del diezmo para enriquecerse y terminar convirtiendo sus congregaciones en verdaderos centros de diversiones.
Sigo…
Otro versículo citado por usted es el de Amós 4:4 que dice: “Id a Bet-el, y prevaricad; aumentad en Gilgal la rebelión, y traed de mañana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres días.”
En este texto, no es precisamente que el Señor esté pidiendo que traigan los diezmos como requisito, sino que está reprendiendo a Israel por su hipocresía. Les desenmascara su falsedad que consistía en su recurrencia al pecado para posteriormente presentarse ante el Señor con los sacrificios y diezmos “cada tres días” como “rito” de pseudo-arrepentimiento ante Dios, pero con el único y claro objeto de regresar cuanto antes a sus caminos de pecado. Es un error considerar este texto como base para una doctrina en relación a la actualidad del diezmo. El texto mencionado no enseña que deba diezmarse.
Sigo…
Otro versículo citado por usted es el de Malaquías 3:8 que dice: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vuestros diezmos y ofrendas.”
¿Es un mensaje que el Señor dio a los cristianos neotestamentarios? ¿no es acaso el Señor hablando al pueblo de Israel? Repito, estamos viviendo en los tiempos del nuevo pacto, no del antiguo.
En Malaquías 4:4 dice “Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.” Menciona “ordenanzas y leyes para todo Israel”, queda claro cual es el destinatario de tales ordenanzas y leyes… ¿o deberemos regresar a la ley de Moisés?
Sigo…
Otro versículo citado por usted es el de Lucas 18:12 que dice: “ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano.” Aquí Jesucristo está relatando esta hipocresía de un fariseo de quien Jesús mismo menciona en el versículo anterior -Lucas 18:11- que “El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo”, o sea que no estaba orando con Dios, mientras que un publicano, se arrepentía (sin mencionar diezmo alguno) tal como dicen los versículos subsiguientes (Lucas 18:13-14): “Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.” Es cierto, la enseñanza de Jesús no aclara si el diezmo es o no una obligación en este texto, pero sí lo presenta como algo innecesario para el perdón, y peligroso para confiar en él como modo de “estar a cuentas con Dios”.
En aquel momento, no estaba vigente, aún, el nuevo pacto sino que recién entraría en vigencia “al morir el testador” (Ver Hebreos 9:16-17). Pero no se enseña ninguna vigencia en la actualidad de la práctica del diezmo.
Sigo…
Otros versículos citados por usted son los de Hebreos 7:2-5-9 que dice: “a quien asimismo dio Abraham los diezmos de todo; cuyo nombre significa primeramente Rey de justicia, y también Rey de Salem, esto es, Rey de paz”, (v.2). “Ciertamente los que de entre los hijos de Leví reciben el sacerdocio, tienen mandamiento de tomar del pueblo los diezmos según la ley, es decir, de sus hermanos, aunque éstos también hayan salido de los lomos de Abraham.”, (v.5). ” Y por decirlo así, en Abraham pagó el diezmo también Leví, que recibe los diezmos;”.
Estos pasajes hacen una referencia histórica hacia el uso del diezmo que debía entregarse a los descendientes de Leví que hayan recibido el sacerdocio. Nada se menciona acerca de que los nuevos cristianos deban guardar esta práctica.
Esta referencia histórica se menciona para dar a entender la confianza de Abraham hacia Melquisedec (tipo de Cristo). Pero de ningún modo enseña que deba continuarse con esta práctica en la vida cristiana.
El apóstol Pablo menciona la necesidad de dar, de ser generoso, de dar antes que recibir y de la gran bendición que nos produce el dar y de sostener a aquellos que nos ministran en el Señor. Pero jamás leeremos que se hable apostólicamente sobre la vigencia del diezmo.
Yo me gozo de poder ser un dador generoso, pero prefiero que mi izquierda no sepa lo que hace mi derecha… El ser generoso, y a la vez estar haciendo de ello una publicidad de mi persona, me convierte en un hipócrita, pues no realizo en ese caso una dádiva u ofrenda, sino una “inversión” pretendiendo sacar de ello un provecho.
Es más! ¿Qué sucedería si un ministro del evangelio hace las cosas bien? Me refiero a poner su vida por las ovejas, a cuidarlas, a sustentarlas cuando sea necesario, a acompañarlas cuando éstas lo requieran, a hacer, en pocas palabras, “la obra de Dios”, en lugar de buscar una mayor proyección de su ministerio descuidando a sus ovejas, o de llevar una vida social de un nivel altísimo (y seriamente vergonzoso) por el sólo hecho de “codearse con los ‘grandes’”. Al respecto, me siento en sintonía con Pablo que cierta vez dijo de los que estaban en Jerusalén (Gálatas 2:6) “de los que tenían reputación de ser algo (lo que hayan sido en otro tiempo nada me importa; Dios no hace acepción de personas), a mí, pues, los de reputación nada nuevo me comunicaron.”
¡¡¡ Qué conveniente sería que cada hombre del Señor se dedicara a escudriñar las escrituras para conocer cuál sea realmente la verdadera voluntad del Señor (en todos los ámbitos de la vida cristiana, empezando por su propia casa) en lugar de buscar fuera nuevas “revelaciones”, “visiones” y “métodos” copiados, interpretados y aplicados por otros ministros en otras congregaciones !!!
El único medio válido para
El pueblo generosamente traería sus ofrendas a sus pies, gozoso de ver que el fruto de su esfuerzo es administrado realmente con sabiduría de Dios para la genuina extensión del reino, en lugar de aumentar la avaricia de hombres que se ufanan de tener grandes iglesias. En lugar de eso, ven que éstos dilapidan en gastos inútiles, cambiando varias veces de teléfono celular (por el sólo hecho de que “ha salido una nueva versión con más opciones!”), o que cambian de automóvil (porque era algo necesario y - además - es digno del “hombre de Dios”), mientras que si Jesús estuviera entre nosotros, seguiría sin tener en dónde recostar su cabeza.
Muchos de estos “hombre de Dios” siguen estadísticas que les hacen creer que su congregación está creciendo, olvidando que el crecimiento numérico nada tiene que ver con el crecimiento que sólo Dios puede dar, el cual no siempre sigue el mismo ritmo de nuestro deseo carnal de ver una iglesia gigantesca que sea la envidia de otros pastores.
Perdón hermana, por plantear el tema tan crudamente, pero le puedo asegurar que, como decía C.S.Lewis, “lo que nos dicen a la cara, carece de importancia” -por que no siempre son palabras veraces- “sino aquello que escuchamos en los pasillos”, pues la hipocresía se disfraza en vivo y en directo, pero en los camarines, es en donde el actor es como es. Actualmente, los pastores se saludan cordialmente hasta estar de espaldas y allí es posible verles los colmillos, sedientos de una especie de revancha por el éxito que consideran que el otro ministro obtuvo en su obra (qué irónico, creen que es SU obra) y que ellos no alcanzaron. Aplaudiendo los éxitos ajenos (aparentes, obvio) pero deseándolos para sí, como si el Señor les “llamara” a tener su propio edificio para diezmiles.
Le aseguro hermana que no soy un “negativista” o cosa semejante, (aunque no me importa qué puedan opinar los lectores de mi persona que no es lo importante, sino Cristo) sino que si el Señor nos llama a edificar Su iglesia, se refiere a una edificación no hecha de manos humanas, no de edificios. En Lucas 12:18 el Señor nos dice: “Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes;” y supuestamente estaba hablando de un hombre que “no es rico para con Dios” (ver versículo 21).
Aún si tuviésemos que ajustarnos a los diez mandamientos, veremos que en ninguno de ellos se menciona el diezmo… aunque sí menciona el guardar el Sábado… que es otro tema apasionante ! Ya que tanto se defiende con uñas y dientes el dogma del diezmo, pero poco se dice de guardar el Sábado, aunque ya se han ocupado los “inspirados hombres de Dios” en cambiar un día por otro, (Sábado por Domingo) cuando la biblia no menciona jamás dicho cambio.
Sólo una última aclaración para tener en cuenta: En las versiones bíblicas: “Nueva Versión Internacional” y “Biblia en Lenguaje Actual”, el día de reposo se menciona como Sábado. Ya en la Reina-Valera de 1960 se hacía referencia al pie en donde aparece el texto, vez tras vez, que “aquí equivale a Sábado”. La pregunta es… ¿el hombre puede cambiar la palabra de Dios? Porque los judíos que no creen que Jesús haya sido el Mesías, siguen guardando el Sábado como día de reposo.
Tengo al respecto una versión histórica interesantísima sobre el motivo que causó el cambio del Sábado por el del Domingo. Y no es precisamente la que estamos acostumbrados a escuchar sobre que “es el día del Señor, porque ese día el Señor resucitó”, sino que tiene más que ver con una cobarde huída de la persecusión romana en donde los cristianos por evitar la cruz, optaron por trabajar los Sábados y celebrar el Domingo el día del Señor.
Ahora bien… No estoy afirmando que el día Sábado deba ser guardado. Pero, el énfasis en el tema del diezmo es algo tan marcado a fuego en la conciencia de los cristianos, basándose por un lado en apreciaciones bíblicas erróneas y fuera de contexto, y por el otro, en una tradición verbal equivocada y “de conveniencia económica”,
Tal parece que en muchos aspectos la palabra del Señor ha sido manoseada de un modo tan diabólicamente sutil, que es imposible regresar a la buena senda.
Gracias al Señor tenemos libertad en Cristo para hablar estos temas y llamar la atención sobre los mismos. Y ¡ay de nosotros si calláramos!
Raimundo Baravaglio
Mensaje de Fuego .Org
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